Buscaba una pared en blanco donde dibujar mi vida, donde dar rienda suelta a mi imaginación con colores vibrantes y encendidos.Ilustrar cada dia, cada sonrisa, con hermosos trazos, definidos y constantes. Donde pintar lo que siento y lo que veo, lo que va formando parte de mi misma a cada momento que pasa.
Y al fin encontré mi pared. Una nueva vida por empempezar. Una nueva vida, una nueva casa, nuevos amigos. Instantes de felicidad, de alegría, de conversaciones serias y ridiculas.Colores brillantes y sinceros que van pintando mi nueva vida, ayudando a borrar de uan vez por fin las zonas oscuras que acechaban mi antigua pintura.
Ahora, esa pared blanca, muestra un cuadro lleno de tonalidades sobre el que siempre hay un sol que lo ilumina.
Me acompañas en mi busqueda?
lunes, 7 de septiembre de 2009
sábado, 5 de septiembre de 2009
XXXV
Hojas en blanco
de un libro abierto,
que a través de los años
y con el paso del tiempo,
tornan su color
a un tono inconcreto
y recogen mis palabras
de las manos del viento.
Hojas incompletas,
palabras sin sentido
que vuelven a mi cabeza
de donde no debían haber salido,
a recordar lo que siento
al descubrir que no puedo,
escribir sin aliento.
Comprender que no veo
lo que delante de mi tengo,
negarme a ser consciente
de algo que a mi me afecta
y que intenta mostrarse
a traves de esta, mi propia letra.
de un libro abierto,
que a través de los años
y con el paso del tiempo,
tornan su color
a un tono inconcreto
y recogen mis palabras
de las manos del viento.
Hojas incompletas,
palabras sin sentido
que vuelven a mi cabeza
de donde no debían haber salido,
a recordar lo que siento
al descubrir que no puedo,
escribir sin aliento.
Comprender que no veo
lo que delante de mi tengo,
negarme a ser consciente
de algo que a mi me afecta
y que intenta mostrarse
a traves de esta, mi propia letra.
LXIII
Me echo de menos
aun sin saber cuando me perdí.
En aquella primera mirada
a esta vida,
cuando decidí besar al tiempo.
Tal vez, cuando me sumergí
en un marea de melancolía.
O, quizás aquí,
en este poema,
en el que cada una de mis palabras
ya no forma parte de mi.
Y no acaba,
mi pluma sigue deshaciendome
sobre esta hoja ingrata.
aun sin saber cuando me perdí.
En aquella primera mirada
a esta vida,
cuando decidí besar al tiempo.
Tal vez, cuando me sumergí
en un marea de melancolía.
O, quizás aquí,
en este poema,
en el que cada una de mis palabras
ya no forma parte de mi.
Y no acaba,
mi pluma sigue deshaciendome
sobre esta hoja ingrata.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)